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23 de febrero de 2013

Hoy queremos hablaros del mantón de manila, esa prenda que llegó a España por el puerto de Sevilla en los tiempos de las colonias españolas de Filipinas, en el siglo XVI, y que se instauró en el folklore andaluz desde entonces y en el vestir flamenco.





Con el tiempo, se empezaron a bordar en España, debido a un gremio artesanal muy extendido en Andalucía como eran las bordadoras.Así, segun la época, variaban unos de otros en el tipo de bordado, calidad de la seda, o tipo de enrejado.
 Los primeros que llegaban de Filipinas venían sin flecos, estos se le aplicaban aquí en España, y debido a la tradición hay verdaderos profesionales del arte de enflecar, concretamente en algún pueblo de Sevilla es un arte casi generalizado en todas las familias, alguna de las integrantes hereda el oficio de sus antepasadas y lo transmite a sus descendientes.




 Como todas las cosas antiguas, depende del trato que se le haya dado a lo largo de toda su existencia y del esmero en su conservación, el que hoy en día estén algunos en mejores condiciones que otras. Sobre todo teniendo en cuenta que son prendas que no se pueden lavar ni siquiera en seco, el tinte de los colores puede estropearse y la seda puede haber sufrido manchas, por perfume o colonias, o incluso simplemente por estar guardado en un cajón y haberse amarilleado con el tiempo. Es por esto que varía su precio de unos a otros.




En los tiempos antiguos, el mantón solía tener un gran tamaño, debía cubrir la espalda de la mujer y con los brazos en cruz debía llegar de mano a mano. Aunque también existían los mantones llamados de "talle", mucho más ligeros y que cubrían sólo hasta el talle de la mujer. Estos son muy valorados hoy en día por lo poco comunes que son y la dificultad en encontrarlos.

En Andalucía hemos seguido usando esta pieza año tras año, se suele llevar en ocasiones de fiesta a modo de chal, para abrigarnos en la Feria, si es de un tamaño oportuno para ello, y como adorno para el traje de flamenca. Es en este último uso en el que nos detendremos, puesto que es para lo que nosotros vendemos los mantones, en la mayoría de las ocasiones.

Nos parece un complemento muy importante en el vestir de flamenca. Es verdad que lo más importante es el traje pero un traje de flamenca que no llama la atención, adornado con un buen mantón, cambia radicalmente y toma la solera y la elegancia del mantón que lleve en lo alto.

Tenemos la suerte casi todas, de tener en casa, de nuestra madre, abuela o tía, algún mantón de Manila antiguo que merece la pena sacar del cajón y lucirlo, y no siempre es necesario que sea del mismo tono o gama del color del traje. Si es un buen mantón y no choca a la vista con el traje, siempre irá bien y hay distintas formas de ponérselo, según el tamaño y como nos guste lucir más el escote o menos. Tampoco pasa nada si el mantón tiene algún deterioro que no se pueda esconder al plegarlo con el imperdible, sólo es conveniente tener cuidado de no engancharse al pasar por alguna bulla de gente, porque es cuando de verdad se podría rajar el mantón.

Nosotros tenemos una gran variedad de mantones distinta en cada temporada porque depende de lo que nos llegue de los particulares, pero os ánimo a intentar haceros con uno al menos , puesto que es una pieza de colección muy valorada y siempre tendrá un sitio en vuestros looks tanto flamencos como de gala.

Contadnos si tenéis alguno propio y como lo soléis usar ¿vale? Esperamos vuestros comentarios y dudas.

3 comentarios:

Conchita dijo...

Hola, soy Conchita!!! He estado viendo el blog, que bonitas todas las cosas. Sois unas artistas, chicas. Un besito muy fuerte y espero que sigais compartiendo estas cosas tan bonitas con nosotros.

Unknown dijo...

Muchas gracias, me alegro q te gusten. Vuestros comentarios son los q nosvayudan

Anónimo dijo...

Qué chulo el blog, Sandra y Rocío. Me encanta el fondo rosa de lunares y la letra de los títulos!!A ver si ahora puedo subir el comentario. Soy la Nena, un beso fuerte!!

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Me hace mucha ilusión recibir comentarios. Muchas gracias, un saludo